Higurashi Tabito ha perdido cuatro de sus cinco sentidos: su sentido del sonido, el olfato, el gusto y el tacto. El único sentido que tiene es la vista, en la que confía para su trabajo como detective que tiene que investigar y encontrar varios objetos perdidos. Trabaja en la agencia de detectives con Yukiji, su amigo y gerente, y Tei, su hija adoptiva. No importa lo que sea, Tabito siempre encuentra el objeto faltante. Sus métodos de investigación, sin embargo, son un poco extraños. Sus ojos parecen poder ver todo, incluidas las cosas que las personas normales no pueden ver, como los olores y las emociones.
Sin un solo pariente de sangre en el mundo, el solitario Tabito derrama su corazón en su trabajo. Cada caso que resuelve lo acerca a Yukiji, Tei y su maestra de guardería Yoko, quienes lo tratan como a una familia. Envuelto en su calor, su corazón comienza a derretirse.